Una vez finalizada la instalación todavía tendremos que configurar algunas opciones y hacer varias comprobaciones:
Una vez instalado el sistema operativo debemos comprobar cómo se ve nuestro disco duro y las particiones que hemos hecho en el mismo. Para ello podemos usar diferentes comandos como fdisk
o gparted
o las utilidades que incluye el sistema operativo.
En sistemas Windows la herramienta que se incluye es el Administrador de discos:
En GNU/Linux hay diferentes herramientas según la distribución. En Ubuntu (y derivados como Mint) tenemos la utilidad Discos:
También podemos utilizar las herramientas en modo texto lsblk
y fdisk
:
Una vez instalado nuestro sistema operativo tenemos que comprobar que todo el hardware del equipo está correctamente detectado y configurado. Recordad que cada dispositivo para funcionar necesita un driver o controlador que permite al sistema operativo comunicarse con él.
En el caso de Linux lo más habitual es que al hacer la instalación del sistema todo el hardware se haya detectado y configurado correctamente porque el sistema utiliza drivers estándar para la mayor parte del hardware más común. Si tenemos algún elemento que no ha sido correctamente configurado buscaremos información en Internet de como instalar su driver pero lo más normal es que el problema sea que es hardware muy nuevo y al actualizar el sistema operativo ya lo detecte y configure.
Los sistemas Windows también auto-detectan y configuran gran parte del hardware pero es habitual que queden elementos sin configurar porque no tiene drivers adecuados para ellos. Esto pasa muchas veces con las tarjetas de red, la tarjeta gráfica (de la cual instala un driver estándar que no aprovecha todas sus capacidades) o la tarjeta de sonido. Para comprobar si todo nuestro hardware se ha detectado y configurado correctamente podemos usar el Administrador de dispositivos de Windows:
Al comprar un ordenador habitualmente viene con una versión OEM de Windows instalado por lo que no tenemos ningún CD ni otro medio con el sistema operativo por si tuviéramos que reparar o volver a instalarlo.
Si el disco está formateado con GPT posiblemente guardará en una partición oculta una imagen del sistema limpio, como estaba cuando lo compramos, y al arrancar tendremos una opción para restaurar el equipo a los valores de fábrica.
Si no tendremos que descargarnos Windows desde la página de Microsoft y los diferentes drivers desde las páginas de sus fabricantes. Si el nuestro es un ordenador “de marca” posiblemente podremos descargar un fichero con todos los drivers desde la web del fabricante. En caso contrario tendremos que ir una por una a las webs de los fabricantes de los componentes (tarjeta gráfica, de red, etc) para el descargar los drivers y para eso necesitamos conocer la marca y modelo de cada componente de nuestro ordenador. Si no lo conocemos podemos utilizar software específico que detecta todo el hardware y nos muestra un informe. Algunos de estos programas son Everest, SiSoft Sandra, WinAudit, MyPcDrivers, etc. En GNU/Linux podemos simplemente usar el comando lshw
.
También hay programas que guardan una copia de los drivers que tenemos actualmente instalados en el sistema, lo cual es muy útil si tenemos que reinstalar el sistema operativo. Antes de formatear podemos instalar uno de estos programas y guardar los drivers detectados en un USB o CD. Después de reinstalar nuestro sistema operativo sólo tenemos que instalar los drivers guardados. Algunos ejemplos son Driver Genius, Driver Easy, DriverMax, etc.
En el caso de máquinas virtuales no tendremos problemas ni en GNU/Linux ni en Windows porque VirtualBox ha “elegido” un hardware para el que Windows tiene drivers por defecto.
Todos los programas están formados por miles o, incluso, millones de líneas de código y es muy fácil que puedan tener errores. En ocasiones esos errores pueden suponer un problema de seguridad para el equipo por lo cual periódicamente se publican actualizaciones que solucionan los problemas detectados hasta entonces. A estas actualizaciones se los denomina habitualmente parches.
Esto es especialmente importante en el caso del sistema operativo porque es el programa que controla el ordenador. Por este motivo NUNCA debemos tener un sistema operativo desactualizado, tanto si utilizamos sistemas operativos privativos (como los de Microsoft o Apple) como libres (como Gnu/Linux).
En general podemos encontrar diferentes tipos de actualizaciones:
Si elegimos instalar las actualizaciones automáticamente podemos elegir que todo el proceso se haga automáticamente, que sólo se nos notifique cuando hay nuevas actualizaciones y nosotros decidiremos cuando descargarlas e instalarlas o que estas se descarguen pero no se instalen hasta que lo ordenemos.
En el caso de los sistemas operativos de Microsoft todo aquello relacionado con las actualizaciones se configura desde la herramienta Windows Update. En Windows 10 accedemos a ella desde Inicio -> Configuración -> Actualización y seguridad -> Windows Update
(en versiones anteriores está en el Panel de control -> Sistema y seguridad -> Windows Update
).
Podemos cambiar la configuración para decidir cuándo queremos que se descarguen e instalen las actualizaciones pero no podemos desactivarlas desde aquí. Desde ‘Ver historial de actualizaciones’ podemos ver todas las actualizaciones instaladas en el equipo e incluso desinstalar cualquiera de ellas.
Si por algún motivo queremos que nuestro equipo no se actualice (NO RECOMENDABLE a menos que sea un equipo para hacer pruebas como los que usamos en clase) debemos detener y deshabilitar el servicio Windows Update.
Esta forma de deshabilitar las actualizaciones automáticas no es definitiva ya que este servicio se volverá a habilitar. Para desactivarlas definitivamente debemos configurarlo en una directiva de grupo, como se explica en los apuntes de Deshabilitar Windows Update.
Podemos ver las actualizaciones que ha ido instalando Windows Update en el equipo. Aparecen en Panel de control -> Programas -> Programas y características -> Actualizaciones instaladas
. También podemos pulsar “Ver historial de actualizaciones” desde la ventana de Windows Update y allá pulsar el enlace “Actualizaciones instaladas”.
En nuestro caso, nuestro equipo hace poco que está instalado y no tiene un historial grande. Si seleccionamos una actualización podremos pulsar el botón Desinstalar. A veces también dispondremos de un botón Cambiar.
Sólo desinstalaremos una actualización si ha habido problemas durante el proceso de instalación de la misma o si el equipo ha dejado de funcionar correctamente desde la misma.
En el caso de los sistemas Gnu/Linux podemos hacerlo desde la terminal o desde el entorno gráfico para el que cada distribución tiene su gestor de actualizaciones aunque el funcionamiento es muy similar en todas ellas:
Para actualizar el sistema desde la línea de comandos tenemos las siguientes órdenes:
apt-get update
: vuelve a descargar la lista de paquetes de los repositorios por si hubiera alguna novedadapt-get upgrade
: actualiza todos los paquetesapt-get dist-upgrade
: permite actualizar a una nueva versión del sistema operativo